Hoy a la tarde estuvimos disfrutando de una visita a las iglesias de Santa Marina y San Bartolomé con compañeras de la Asociación Cultural Secadura de Voto. Les agradecemos de corazón el interés y ánimo mostrado a lo largo de una visita de ¡tres horas!
Como suele ser habitual, comenzamos en Santa Marina. Mandamos desde aquí un beso muy cariñoso a Dª Tere, que viene a abrirnos la iglesia con una sonrisa y unas cuantas historias con que sorprendernos, como la de que la figura de la Santa fue descubierta en unas obras, ya que se encontraba oculta entre los muros del templo.
Después de Santa Marina, visitar San Bartolomé resultó toda una sorpresa. Subimos desde el húmedo valle hasta lo alto de la montaña, luminosa y cálida, donde el templo siempre resulta muy acogedor.
La visita terminó ante la cruz paté rodeada de ocho esferas hacia la que galopa el caballo de la clave del ábside.
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